Los pueblos indígenas en nuestros días
Actualmente los pueblos originarios que habitan nuestro territorio, se encuentran prisioneros de las políticas de estado, en pequeño modo de destrucción de sus propios intereses.
Los pueblos originarios fueron incorporados en masa al Estado Argentino como pueblos sometidos y ocupantes precarios en sus propios territorios. Fueron obligados a adoptar una religión y un estilo de vida que no les era propio. Fueron convertidos en productores de subsistencia y/o proletarios rurales. Por efecto de procesos regionales de migraciones forzosas un importante porcentaje de sus miembros vive en áreas urbanas y suburbanas donde es usual que deban ocultar su identidad para evitar el maltrato y la discriminación.
En Argentina es a partir de 1990, cuando el indigenismo comenzó a tener impulso. La reforma de la Constitución del año 1994; la suscripción y ratificación del Convenio 169; y el depósito de los instrumentos de su ratificación en Naciones Unidas así lo demuestran.
Se cree que un porcentaje bastante elevado vive en asentamientos rurales y en forma comunitaria representando aproximadamente entre un 3% y un 5% de la población total del país. Algunas provincias cuentan con un 17 a 25% de indígenas en su población. Existen más de 800 comunidades en todo el país mientras que, por efectos de la migración urbana, en algunas capitales de provincias habría una altísima concentración de familias y personas indígenas.
Según esta información su composición y distribución sería aproximadamente la siguiente: región Noreste (provincias de Chaco, Formosa, Misiones y Santa Fe): Pueblos Mbya-Guarany, Mocoví, Pilagá, Toba, Vilela y Wichí. Región Noroeste (provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán): Pueblos Atacama, Avá-Guarany, Chané, Chorote, Chulupí, Diaguita- Calchaquí, Kolla, Omaguaca, Tapiete, Toba, Tupí-Guarany y Wichí.Región Sur (provincias de Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego): Pueblos Mapuche, Ona, Tehuelche y Yamana.Región Central (provincias de Buenos Aires, La Pampa y Mendoza): Pueblos Atacama, Avá Guarany, Diaguita-Calchaquí, Huarpe, Kolla, Mapuche, Rankulche, Toba y Tupí Guarany.
Uno de los exponentes de la cultura indígena hoy es el cacique Qom Félix Díaz quien vive en la comunidad "La Primavera" Potae Napoqna Navogoh, una de las cerca de cien comunidades qom que pueblan el amplio territorio de la provincia de Formosa, en el norte de la Argentina. Recurrentemente es citado como el "líder qom", a pesar de que sólo representa a un sector de su comunidad; ya que el otro sector sigue el liderazgo del cacique natural, llamado Cristino Sanabria -Díaz fue votado por su comunidad-. Antes, Díaz fue pastor mormón en una iglesia local, coordinador del Club del Trueque de su zona durante la crisis, empleado público y funcionario del INADI. El diario español El País lo distinguió entre los 100 iberoamericanos más destacados de 2011.Desde julio de 2016 preside el Consejo Consultivo y Participativo de Pueblos Indígenas.
Díaz junto a otros qom cortaron la ruta Nacional 86 en modo de protesta por la edificación del Instituto Universitario. Afirmaban que pese a que la Constitución Argentina establece el derecho de los pueblos indígenas a sus tierras ancestrales, como también está presente en el Derecho Internacional de los derechos humanos, en donde se reconoce la relación que mantienen este tipo de comunidades con su territorio. Ante el reclamo y sin saber a ciencia cierta la verdad de la situación, las obras fueron interrumpidas esperando una decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El 23 de noviembre de 2010 mientras Díaz junto a los qom estaban manifestándose por las tierras, una familia de apellido Celía reclamó también la titularidad de las tierras. Hubo incidentes, disparos y denuncias de agresión tanto a los qom como a los policías. Como consecuencia de estos hechos, Díaz junto a veintitrés miembros de la comunidad qom tuvieron que enfrentarse a procesos penales, mientras que en la jurisdicción provincial son acusados por delitos de ocupación y usurpación de terrenos.
Aunque no se los ha aceptado por completo, los aborígenes han podido, de a poco, penetrar en la sociedad Argentina, ya que lograron que un presidente escuche sus reclamos y con algo de suerte serán cumplidos.